sábado, 15 de diciembre de 2012

La historia de las historias (por Ale)

Érase una vez una mujer, la cual se estaba volviendo loca, y el porqué es una sencilla respuesta, su madrastra no paraba de darle órdenes: 

- Que si limpia esto, que si cocina aquello, que se te ha olvidado lo uno o lo otro.

Vamos, un sueño hecho realidad.
Pues bueno, esa afortunada no soy yo. Yo soy una joven cazadora con un leal compañero, llamado, el perro con escopeta. Como su nombre dice lleva una escopeta, y es un perro. Su antiguo dueño, el marqués de Caravanas, lo cambió por un anillo de boda para su esposa, a la cual siete días después intercambió por el cromo de negracarbón y los siete redonditos, el último de la colección ugly princcess.

Yo cazo para alimentar la boca de mi pobre madrastra que está muy enferma, ella me rescató de las garras de Hánsel y Gretel, que se comieron a mi padre y a la bruja. Le debo la vida a esa mujer, y la causa de su enfermedad, es que un día, cuando salió de pesca y Tiburón estornudó a Pinocho que tenía la gripe A, se la contagió.

Cuando voy de caza con el perro con escopeta me siento muy segura, ya que es un cazador nato y tiene más puntería que cualquier otro tirador. Hoy habíamos cazado un jabalí, pero para mi sorpresa mi madrastra estaba con unos guardias que me apuntaban. Me dijo que me había vendido a la ley por un crimen que cometí hace muchos años. 

A mi perro lo decapitaron y a mí me encerraron de por vida. Mi madrastra me enmarañó, me embrolló, me clavó un cuchillo por la espalda. Nunca se lo perdonaré.
A los muchos años escapé, y un hada madrina me dijo que era el espíritu de mí padre:

-¿Cómo es que siendo hombre pareces mujer?
-Porque en esta historia no estaba el papel de hado madrino y el director no lo quería cambiar.

De repente desapareció y me convirtió en una veinteañera, me devolvió mi juventud y al perro con escopeta.

Y todos fuimos felices.

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